Alberto Fernández se reunió con Nicolás Maduro y cuestionó los “bloqueos” contra Venezuela y Cuba

La reunión entre el presidente argentino y el líder del régimen chavista tuvo lugar en Brasilia, en una cumbre para acordar el relanzamiento de la Unasur; Lula da Silva invitó al venezolano.

Alberto Fernández llegó hoy a la reunión de presidentes sudamericanos a apoyar al mandatario brasileño Luis Ignacio Lula da Silva, quien reforzó la necesidad de relanzar la Unasur como “instrumento de integración y mecanismo de resolución de diferendos”. El jefe del Estado argentino dio un paso más, y se reunió, por primera vez durante su mandato, con su par venezolano Nicolás Maduro, invitado por Lula da Silva, y quien concretó así su regreso a los foros regionales luego de años de ostracismo y críticas a su política de derechos humanos. Junto a la foto y el respaldo, Fernández le pidió a Maduro que Venezuela retorne a los foros internacionales que ha abandonado, una forma de solicitarle también que enfrente las denuncias por violaciones a los derechos humanos que pesan en su contra.

Según fuentes oficiales, la reunión duró poco más de diez minutos, fue “cordial y formal”. Según el comunicado oficial, durante el encuentro, del que también participaron los cancilleres Santiago Cafiero e Yván Gil Pinto, el Presidente Fernández “instó a su par venezolano para que su país vuelva a estar representado en foros y mecanismos internacionales, remarcando principalmente a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos”. Maduro, en tanto, agradeció a Fernández haber enviado a Oscar Laborde como embajador en ese país en julio del año pasado. Ambos destacaron “el trabajo que ha realizado Argentina con respecto al apoyo al diálogo entre los propios venezolanos para la búsqueda de una salida política que, en el marco de sus mecanismos institucionales y constitucionales, garantice la plena vigencia de la democracia y el respeto de los derechos humanos, contribuyendo así a la recuperación de la economía venezolana y al bienestar de su gente”, según el texto distribuido por Presidencia.

No hacía falta mucho más: alcanzó el encuentro (y la foto posterior) como elocuente mensaje de normalización total de los vínculos con Venezuela, más allá de las críticas de organismos de derechos humanos y la oposición de Juntos por el Cambio.

“Como dijo Néstor Kirchner, los viejos moldes se han roto y los nuevos problemas requieren nuevas soluciones. Celebro la iniciativa del presidente de Brasil de impulsar este encuentro que une a los presidentes de América del Sur para integrar a la región”, tuiteó el Presidente luego de su discurso ante el plenario de mandatarios. Por la tarde, luego del debate de presidentes, Fernández tuvo una nueva reunión bilateral con Lula, dónde reafirmaron un camino común.

En ese discurso, de poco más de quince minutos, Fernández habló del “desastre climático” mundial, antes de definir a Sudamérica como el “continente más desigual del mundo”. Detalló de modo crítico los “años de Donald Trump” y a la creación del grupo de Lima “sólo para permitir la intervención en un país sudamericano”, en relación a Bolivia. También fustigó “los bloqueos que dos países americanos sufren”, en relación a Venezuela y Cuba, y sostuvo la necesidad de retornar a la Unasur. “La globalización se está revisando, y tiende a fortalecer regiones (…) debemos admitir la necesidad de unirnos como región”, detalló el primer mandatario, en apoyo a la postura de Lula y con la reunión con Maduro en mente.

“La Unasur fue una maravillosa idea (…) nos hicieron creer que era un espacio ideológico, y ahí convivían (Hugo) Chávez (Alvaro) Uribe, el Unasur funcionaba, se trata de unirnos”, exclamó. Habló de generar un sistema de defensa común, y “no hay que esperar lo que el comando sur de algún país sobre lo que tenemos que hacer en América latina”, en otra crítica a Estados Unidos. Pidió, además, “ampliar las paredes de la Unasur”, incluyendo empresarios y sindicatos, antes de recordar nuevamente al ex presidente Néstor Kirchner y su pedido de “no aferrarnos a lo malo conocido, y que nos animemos a cambiar”. Cerró con el Martín Fierro y sus “hermanos sean unidos”, como modo de respaldar, otra vez, el pedido de Lula.

Al margen de la intención de Lula de consolidar su liderazgo regional fue evidente durante el encuentro, al que el Presidente asistió en momentos en los que el mandatario brasileño gestiona ante el FMI y los Brics una ayuda financiera para el país en tiempos de escasez de reservas.

Pero no todas fueron rosas en la reunión. Cuando le tocó hablar, el presidente de Uruguay Luis Lacalle Pou, rechazó retornar a la Unasur y criticó la política de derechos humanos de Venezuela, con Nicolás Maduro sentado a pocos metros. “Hay gente acá que no está de acuerdo con volver a la Unasur, yo levanto la mano”, dijo el mandatario uruguayo, y exclamó: “basta de instituciones”, en relación al interés de Brasil por relanzar el organismo. “Cuando nos tocó asumir, nos retiramos de la Unasur, también de Prosur, porque no queríamos participar de ningún club ideológico”, explicó el Presidente. Y de inmediato la emprendió contra la reunión bilateral entre Maduro y Lula, antes del plenario de presidentes. “No podemos tapar el sol con un dedo, no tenemos la misma definición de democracia y respeto a la institucionalidad que Venezuela”, detalló.

“La integración debe ser el objetivo permanente de todos nosotros (…) permitir que las divergencias se impongan tendría un costo elevado”, había dicho Lula en sus poco más de veinte minutos de introducción al encuentro de doce mandatarios, entre ellos el venezolano Nicolás Maduro, cuyo “retorno” a los foros regionales luego de varios años de ausencia fue auspiciado por el mandatario brasileño.

“La integración es fundamental para la fortaleza de la región”, afirmó el presidente brasileño, quien destacó los primeros pasos de los ex presidentes José Sarney y Raúl Alfonsín, “que entendieron la importancia de la integración para la consolidación de nuestras democracias” a mediados de los años ochenta.

Durante su discurso, Lula lanzó una serie de propuestas, a ser discutidas por el plenario, entre los cuales se encontraban Lacalle Pou y Guillermo Lasso (Ecuador), renuentes a firmar su retorno a la Unasur, como ya lo hicieron Argentina y Brasil en los últimos meses, y al cual ya están adheridos Venezuela, Bolivia, Guyana y Surinam. El presidente colombiano Gustavo Petro, que tampoco se ha sumado hasta el momento al bloque regional, llegó tarde al encuentro, por lo que la foto de familia se pospuso para después del almuerzo.

Entre las propuestas, figuran la de “profundizar nuestra identidad en el área monetaria” por medio de “mecanismos de compensación más eficientes y la creación de una unidad de referencia común para el comercio, reduciendo la dependencia de monedas extrarregionales” como el dólar. También propuso “comenzar discusión sobre la constitución de un mercado energético sudamericano, que asegure el abastecimiento, el uso eficiente de nuestros recursos, la estabilidad jurídica, los precios justos y la sostenibilidad social y ambiental”, y acuerdos en el área de Salud, Medio Ambiente y cooperación en materia de Defensa.

Tal vez sabedor de las diferencias en la región en torno a la invasión rusa a Ucrania, el presidente de Brasil utilizó el término “guerra” al referirse al conflicto. “Todos sufrimos las consecuencias de la guerra. El conflicto en Ucrania ha desestabilizado el mercado de la energía y los fertilizantes y ha provocado la volatilidad de los precios de los alimentos, deteriorando nuestras condiciones de vida”, dijo Lula, quien desechó días atrás una invitación del presidente ruso Vladimir Putin para visitar ese país, y le pidió retomar el diálogo para terminar con el conflicto armado.

El Presidente arribó a Brasilia en la noche del lunes, en el Tango04 y acompañado por el canciller Santiago Cafiero, el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello y la portavoz Gabriela Cerruti. En el aeropuerto se les sumó el embajador en Brasil, Daniel Scioli, pre-candidato presidencial por el oficialismo, y la delegación se trasladó al hotel Meliá de la capital brasileña.

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