Destino 2023: “RECALCULANDO”
Por Martín Zuleta, Abogado, Docente

Que Sergio Uñac viene intentando posicionarse en la carrera presidencial ya no es un secreto. Ahora, que esté empezando a perfilarse seriamente como presidenciable de la mano de Alberto Fernández y de los gobernadores peronistas es una jugada que va a tener grandes repercusiones en el escenario político provincial.

En otras columnas manifesté que la reforma electoral provincial impulsada por el uñaquismo era un engaño al electorado sanjuanino, ya que claramente tenía (y tiene) la única finalidad de justificar un adelantamiento de las elecciones locales que le permitieran al gobernador ser reelegido y quedar bien posicionado para las elecciones nacionales. Esa estrategia inicial fracasó rotundamente, y es evidente que Uñac está recalculando su GPS y moviendo el tablero político para conservar el poder en la provincia. La carrera presidencial no le hará perder de vista la sucesión sanjuanina. Quien no lo vea, no entiende la política.
Va tomando sentido lo dicho en la última columna (que sectores uñaquistas veían con buenos ojos que la justicia rechace la reforma electoral), y es evidente que hoy, lanzado el gobernador a la carrera presidencial, convenga abandonar la idea de la eliminación de las PASO y unir la elección provincial a la nacional para asegurar que un “alfil uñaquista” elegido por el propio Uñac lo suceda en el ejecutivo provincial.
La cosa sería más o menos así. Insistir en la reforma electoral producirá un desgaste sin sentido, ya que inmediatamente después de su posible aval judicial el oficialismo deberá negociar con otros sectores políticos la reforma a ley de los partidos políticos, lo que sumará más tensión a la ya desgastada relación con el giogismo y lo que implicaría ceder a sus demandas para compartir el poder. Si todo esto logra resolverse, quedará sortear un tema más complicado aún: la candidatura de Sergio Uñac a una nueva gobernación que sin dudas será cuestionada y judicializada. El desgaste sería lapidario, y sobre todo sufriría ataques de la prensa nacional truncando su sueño presidencial. Nadie quiere un Presidente que esté dispuesto a violar las leyes y constituciones para aferrarse al poder.
Uñac dió un giro de ciento ochenta grados y pateó el tablero del juego provincial. No caben dudas que jugará de la mano de Alberto Fernández y de los gobernadores peronistas, a quienes seguramente se les sumarán el massismo y la CGT, aprovechando las ambiciones desmedidas de un kirchnerismo que se está quedando cada vez más solo al pretender ser oficialistas opositores. De darse este escenario sería prácticamente una “misión imposible” que la oposición le arrebate el poder al uñaquismo en la provincia. Ni hablar del giogismo. Parece improbable que San Juan no acompañe una candidatura nacional de Uñac, y de ser así, es más que probable que una boleta con Uñac en la fórmula presidencial “arrastre” a sus candidatos provinciales.
No hay que perder de vista que en la cumbre del nuevo peronismo Uñac habló en Mendoza a favor de la minería. ¿Le hablaba a los mendocinos, confesos antimineros, o a los “compañeros”?. No. Le hablaba al establishment financiero. Fue un mensaje de envergadura presidencial.
Hoy toma relevancia la importancia que tenía para el uñaquismo el triunfo en las últimas elecciones legislativas, y la falta de comprensión de lo que estaba en juego para la oposición. Estaba en juego la carrera presidencial de Uñac y por ende la posibilidad de sacarlo de competencia. No se entendió, y al igual que en las últimas elecciones presidenciales muchos sectores opositores no salieron a “transpirar la camiseta”. La sociedad necesita otro mensaje de la oposición. Necesita que le explique qué propone, y que dé muestras claras de querer un cambio. Falta vocación de poder.

Así las cosas, la oposición sanjuanina deberá también “recalcular” su estrategia para tener chances reales de ganar en el 2023. Ampliar el frente electoral y trabajar más en la contención de los dirigentes departamentales serán sin dudas unas de las claves. Marcelo Orrego y Fabián Martín están bien instalados, pero el gran desafío será comprender que el armado en los distritos deberá ser amplio y contenedor y los dirigentes deberán tener la capacidad de dar un mensaje claro a la gente muy alejado del oficialismo. Si le siguen tirando flores a los Intendentes y al gobierno será muy difícil. Las flores son para el cementerio.