Evocativo tanguero: Recordando a Bachicha

Con motivo de cumplirse hoy 57 años de la muerte del bandoneonista Bachicha, cuyo nombre real era Juan Bautista Deambroggio, fue Bandoneonista, compositor y director nació el 2 marzo 1890 y falleció el 28 noviembre 1963. En esta evocación compartimos una semblanza escrita por Oscar Zucchi exaltando su figura relacionada con el tango.

Nació en la ciudad de La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires. Fue uno de los jóvenes músicos argentinos que instaló el tango en París, junto a Manuel Pizarro, Eduardo Bianco y Genaro Expósito. Luego hubo otros, pero los pioneros fueron ellos.
De adolescente, muy pronto lo atraparon el bandoneón y la música y, luego de los primeros conocimientos adquiridos, se perfeccionó con Alfredo Bevilacqua, de sólida formación. Pero al mismo tiempo debió trabajar y sus oficios fueron rudos, como que a los trece años ya estaba en la fragua de la Fundición Vasena. Entre sus compañeros en la empresa se hizo amigo de otro amante de la música, Roberto Firpo, seis años mayor que él. Y según relató Enrique Cadícamo, fue Deambroggio quien le presentó a su maestro para estudiar juntos.
En 1914, Firpo debutó con su orquesta y Bachicha fue su bandoneón. Previamente, en 1911 realizaron sus primeras presentaciones casi profesionales. Fueron en el Café Centenario, de la Avenida de Mayo, más conocido por Taka Taka y luego en La Castellana, en la misma avenida. Más tarde ocuparon la escena del Armenonville, del Palais de Glace y diversos cabarets. Solamente ellos dos.
Surgió un primer viaje a Montevideo en 1916 y se sumaron Tito Roccatagliata y Agesilao Ferrazzano. Para algunos estudiosos fue cuando en el Café La Giralda, de 18 de Julio y Andes, estrenó “La cumparsita”.
Con orquesta propia, por un tiempo, Deambroggio estuvo ligado a algunas representaciones teatrales bajo la denominación de Orquesta Royal’s.
Como ejecutante poseyó un estimable dominio técnico para su época, poseía un sonido fuerte y brillante, digitación fluida y correcta realización del ligado. Estas condiciones se hicieron más notables en sus registros realizados en Europa, por su lógica evolución y experiencia y por mejores condiciones técnicas para las grabaciones.
Con Firpo acompañaron al dúo Gardel-Razzano, con el guitarrero José Ricardo, en una gira por ciudades del interior, para actuar en cines de la empresa Max Glucksmann. Fue en Punta Alta cuando Ricardo los advirtió de un bandoneonista que actuaba en el lugar y llamó su atención. Luego de escucharlo fue integrado y se formó un cuarteto, era Pedro Maffia.
Estuvieron presentes sobre el escenario, en dos representaciones teatrales convertidas en hitos por sendos tangos. Una fue Los dientes del perro, en el Teatro Buenos Aires de Cangallo 1053, acompañaron a Manolita Poli cuando cantó “Mi noche triste (Lita)” y aunque no era un estreno, fue el detonante para su formidable e inacabado éxito. Ocurrió el 16 de abril de 1918.
