Antonio Matesevach: “Simplemente el Payo”

Ya se han cumplido 8 años del fallecimiento del ídolo sanjuanino del ciclismo. Asomaron muchos nombres con la tendencia de lograr la popularidad de Antonio Matesevach, pero el Payo es insustituible en esa consideración. En la ciudad Capital de San Juan se ha erigido un monumento que evoca su figura sobre una bicicleta y a metros de la casa donde vivió sus últimos años. En las paredes de obra de arte, cuya impronta le pertenece al escultor Hugo Vincio, quedó estampada una emotiva semblanza escrita por el periodista Fabio Garbi

“Simplemente el Payo”

El apodo reemplazó al nombre propio y cuando eso ocurre es porque la persona dejó en algún lugar el anonimato. En San Juan decir el Payo era referirse a Antonio Matesevach, el ciclista que a los 24 años pasó, en un abrir y cerrar de ojos, de tener el mundo deportivo en sus manos a quedarse en pampa y la vía.

Nacido en Chimbas, descendiente de croatas, abrazó al ciclismo como pasión a los 17 años. Se destacó desde el primer día. Su cabello rubio, por entonces corto, resaltaba en el pelotón.

Debutó entre los federados ganando en una carrera por postas que se disputaba en equipos de cuatro corredores.

Amante de los caballos y de la vida al aire libre, en poco tiempo se ganó un lugar entre los mejores del ciclismo sanjuanino.

En 1967, con 23 años, había ganado dos clásicas: la Doble Difunta Correa y la Doble Media Agua. Ese mismo año viajó a Winnipeg, Canadá, a participar con la Selección Argentina de los Juegos Panamericanos, paso previo para ir al Mundial de Heerlen, Holanda.

El 16 de junio de ese año, entrenando, fue atropellado por un auto y salvó su vida de milagro. Ese accidente lo dejó afuera de los Panamericanos y del Mundial. Podría decirse que lo dejó afuera del ciclismo porque su pierna derecha estaba casi destrozada.

En tres años lo operaron 13 veces, contando las intervenciones en su pierna lesionada y las que le hicieron en la izquierda, sacándole tejido óseo para los injertos.

Su voluntad y el amor de Silvia Marenna, a quien conoció estando convaleciente en el Hospital Fernández, el nacimiento de su hija Natalia, redoblaron sus ganas de volver a correr en bicicleta.

Volvió en enero de 1972, con una pierna cuatro centímetros más corta que la otra, utilizando un zapato especial para equiparar la longitud de los miembros inferiores. Tenía 27 años, había perdido, tal vez, los mejores años de su vida deportiva, pero estaba dispuesto a luvhar por lo que siempre soñó.

El Payo Antonio Matesevach entró a la historia venciendo a la adversidad y completando una década en el primer nivel competitivo. Se ganó el corazón de los aficionados sanjuaninos, mendocinos y de todo el país ciclista que valoró su esfuerzo.

El 23 de julio de 2012 un infarto masivo sufrido en Buenos Aires terminó con su vida terrenal. Ese día el Payo se convirtió en leyenda.

Fabio Garbi 2014

Américo Vargas

Sus logros:

A los 17 años debutó entre los federados.

Integró la Selección Argentina en el Mundial 1982 y en los Panamericanos de México de 1975 y Puerto Rico de 1979.

Múltiple campeón sanjuanino de ruta.

Corrió la Vuelta de Tachira en 1974.

Ganó dos veces la Doble Media Agua (1967 – 1977)

Doble Difunta Correa en 1973.

Doble Calingasta en 1967, 1975 y 1976

Realizó una temporada corriendo en Italia “El Píccolo Giro”, La Vuelta de Borgosessia y la Vuelta de Firenze.

Cuatro veces subcampeón argentino de ruta.

Ernesto Contreras

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