Michigan impulsó a Biden, y Sanders quedó relegado en las internas demócratas

dio un paso contundente hacia la nominación presidencial del Partido Demócrata al dominar el segundo “Supermartes” de la interna y sacar una ventaja que parece ser decisiva e irremontable respecto del senador socialista Bernie Sanders, cuya promesa de llevar al movimiento progresista a una “revolución política” volvió a sucumbir ante la baja participación de los jóvenes en las elecciones.

Biden se impuso en cuatro de los seis estados que votaron, incluidos Missouri, Mississippi -donde logró una diferencia abrumadora entre los votantes afroamericanos- y Michigan, el más importante de todos porque es uno de los estados “oscilantes” que Donald Trump le arrebató a los demócrata hace cuatro años, en su histórico ascenso hacia la Casa Blanca. En 2016, Sanders había triunfado en Michigan ante Hillary Clinton.

El segundo “Supermartes” confirmó una realidad que había quedado al descubierto una semana atrás, cuando se votó en 14 estados: Biden se adueñó de la primaria gracias al fuerte respaldo de los votantes afroamericanos, los votantes suburbanos y los mayores, mientras que Sanders fracasó en su intento por construir una coalición ganadora alrededor de los jóvenes, su núcleo duro de seguidores, quienes han mostrado mucho interés en sus propuestas, pero menos ímpetu por votar.

El calendario de primarias favorece a Biden, ya que las próximas elecciones son en Arizona, Florida, Illinois y Ohio, todos estados donde Sanders perdió ante Clinton hace cuatro años.

“Esto es más que un regreso, es un regreso por el alma de nuestra nación”, dijo un Biden medido, al hablar en su cuartel general en Filadelfia, solo ante las cámaras y sin seguidores debido a la epidemia del coronavirus. A sus tradicionales frases de campaña, Biden le sumó un llamado a la unidad, al probarse ya el traje de candidato y hablarle directamente a los seguidores de Sanders: “Quiero agradecer a Bernie Sanders y sus seguidores por su energía incansable y su pasión. Compartimos un objetivo común. Y juntos, venceremos a Donald Trump”, les dijo.

Sanders decidió resguardarse en la noche electoral y no brindó ningún mensaje, una señal contundente del duro golpe que los dos “Supermartes” le asestaron a sus aspiraciones. La seguidilla de derrotas no sólo lo alejó de la candidatura presidencial, sino que además generó dudas respecto del atractivo de su mensaje ante un dato: su campaña de 2020 ha tenido peores resultados que la de 2016.

La victoria de Michigan resultó un durísimo golpe para Sanders. No solo Biden le arrebató otro triunfo de la interna de 2016 a Sanders, sino que además se trata de un estado crucial de cara a los comicios presidenciales de noviembre: es uno de los estados “oscilantes” que Donald Trump le robó a los demócratas, y que le permitió llegar a la Casa Blanca.

Una noche dura

“No hay cómo endulzarlo, esta noche es dura, es una noche dura para el movimiento”, dijo en un video en Instagram la congresista Alexandria Ocasio-Cortez, una de las principales espadas de la campaña de Sanders y un ícono de la izquierda del Partido Demócrata. Ocasio-Cortez reconoció que uno de los problemas principales que ha enfrentado la campaña es la baja participación de los jóvenes en la interna. “Una de las cosas que hemos visto es que hay una división generación muy fuerte”, remarcó, y agregó que los votantes mayores han sido “más confiables” a la hora de ir a votar.

La victoria de Michigan fue un gélido baño de realismo para Sanders. No solo Biden le arrebató otro triunfo de la interna de 2016 a Sanders, sino que además se trata de un estado crucial de cara a los comicios presidenciales de noviembre: es uno de los estados “oscilantes” que Trump le robó a los demócratas, y que le permitió llegar a la Casa Blanca. Con ese triunfo, Biden revalidó su credencial de ser, en la mente de los votantes, el mejor candidato para derrotar a Trump, la prioridad absoluta y primordial de los demócratas.

La campaña de Sanders había apostado a una resurrección en Michigan, en una movida similar a la que logró Biden en Carolina del Sur. Sanders concentró todos sus esfuerzos y recursos allí. Al final, sólo se quedó con un triunfo en Dakota del Norte, un estado de fuerte impronta republicana, y conseguía un mínima ventaja en el estado de Washington, un bastión demócrata que había ganado con facilidad hace cuatro años.

Tras las seguidilla de triunfos de Biden, Sanders quedó bajo enorme presión para dar un paso al costado, y permitirle a Biden unir al partido y concentrar su energía y sus recursos en la elección general de noviembre. Figuras del establishment demócrata dieron la primaria por terminada, y Andrew Yang, uno de los candidatos presidenciales demócratas que había abandonado la campaña, le entregó su apoyo formal a Biden al aire en la pantalla de CNN, cuando aún restaba conocer todos los resultados del último “Supermartes”. Yang había respaldado a Sanders hace cuatro años.

“Bernie fue una inspiración, me inspiró a competir. Pero la matemática dice que Joe Biden es el candidato prohibitivo […] Es el hombre indicado para el trabajo”, dijo Yang.

Guy Cecil, el presidente Priorities USA, el comité de acción política más importante de los demócratas, usó un argumento similar: “La matemática ahora está clara. Joe Biden será el candidato demócrata a la presidencia y @prioritiesUSA hará todo lo posible para ayudarlo a derrotar a Donald Trump en noviembre”, dijo. “Espero que otros se unan a nosotros en la lucha”, cerró.

Fuente: La Nación.

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