Bicentenario de la Autonomía de San Juan: El escenario y los protagonistas

Por Vanesa Téllez: Historiadora

Cuando el peligro exterior comenzaba a disiparse, comenzó a hondarse más la crisis interna nacional. En el difícil año de 1819, San Martín se vio acosado entre las órdenes gubernamentales instándolo a regresar a Buenos Aires para hacerse cargo del Ejército que aplastara los amotinados del interior o continuar preparándose para la victoria final de luchar por la independencia hasta el Perú. Sin dudarlo, optó por esta última alternativa. Volvió a cruzar los Andes hacia Chile con parte de sus efectivos, dejando a otras fuerzas en el área de Cuyo para que continuaran con las tareas de reclutamiento, organización y reunión de los abastecimientos necesarios.

La euforia de la independencia había pasado. José Ignacio de la Roza, Teniente Gobernador legítimamente elegido, tenía que afrontar una cerrada oposición que no deseaba su reelección, un descontento generalizado y las disputas familiares por la herencia que él había empeñado en la causa emancipadora.

Aprovechando la ausencia de San Marín, el capitán Mariano Mendizábal que había sido reincorporado a las filas del Ejército y al mismo tiempo era cuñado de De la Roza,  se convirtió en el principal instigador de una revuelta que estalló en la madrugada del 9 de enero de 1820. La protagonizó una parte del Ejército de los Andes, apostada en San Juan: el Batallón 1 de Cazadores de los Andes, poniendo transitoriamente en peligro el plan de liberación continental del General San Martín. Reclamaban una retribución económica por haber combatido en Chile y les incomodaba la rígida disciplina militar. Con esta actitud esperaban se los excluyera de la Campaña Libertadora hacia Lima y así quedarse a salvo en la provincia.

Ese día se arrestaron a los oficiales que no se sumaron, Mendizábal marchó sobre la ciudad y tomó posesión de la gobernación. Depuso al Gobernador de la provincia, José Ignacio de la Roza y lo encerró en una celda del cuartel de San Clemente bajo pena de fusilamiento. Enseguida, el Cabildo de San Juan lo designó Teniente Gobernador de la Provincia de San Juan. Fue evidente que los líderes del movimiento carecían de programa y la provincia, como otras que tomaron el mismo camino, sufrió los desenfrenos y atrocidades cometidos por los soldados alzados en armas.

San Martín destacó a un comisionado para tratar de recobrar lo que se pudiera de las unidades militares implicadas, pero no tuvo éxito. Si bien este levantamiento, podría considerarse uno de los tantos cambios violentos de gobierno, la rebelión conducida por Mendizábal adquirió una relevancia especial porque inició el proceso de autonomía de San Juan como estado provincial independiente.

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