Habría una fractura en la Superliga que pone en peligro el inicio del torneo
Un grupo de dirigentes boicoteó la reunión de comité ejecutivo en la que se trataría la reglamentación del campeonato que se avecina. Los cinco grandes quedaron plantados junto a otros siete clubes de Buenos Aires e interior
La jornada no hacía prever problemas: la reunión de comité ejecutivo de la Superliga iba a tener resto para recibir al titular de la APREVIDE, Juan Manuel Lugones, quien iba a exponer los alcances del Fan ID para organizar al público visitante. Un grupo de clubes iba a intentar sumarle a lo ya aprobado una innovación en cuanto a los descensos. Sin embargo nada de eso sucedió: 11 clubes se quedaron en el hotel emplazado frente a la sede donde debían cerrar el reglamento de la nueva temporada y no dieron quorum necesario.
El desaire cayó muy mal en el primer piso donde se iba a realizar la reunión. Es que quedaron sin poder sesionar Boca, River, Independiente, Racing, San Lorenzo y otros siete clubes de lo más disímiles: Talleres, Godoy Cruz, Unión, Atlético Tucumán por el interior y Huracán, Defensa y Vélez, por el ámbito metropolitano.
En la vereda de enfrente estuvieron los equipos platenses Gimnasia y Estudiantes; los rosarino Newell’s y Central, Patronato, Colón, Argentinos, Lanús y Banfield, junto a los recién ascendidos Arsenal y Central Córdoba de Santiago ¿Cuál es el común denominador de este grupo? Que junto con |-ausente también, pero sin participar de la reunión en el hotel- son aquellos que están separados por pocos puntos y pelearán por no descender.
Este grupo había fracasado en su intento por achicar los descensos de cuatro a dos equipos y en la reunión del miércoles iban a proponer un sistema mixto para definir la pérdida de categoría: una pareja por el sistema tradicional de descensos y otra por la tabla general.
Sin embargo, en la previa advirtieron que tampoco prosperaría la moción e improvisaron la reunión fuera de las oficinas de la Superliga. De hecho fueron los representantes de Estudiantes y Arsenal quienes se hicieron presentes para tallar las diferencias que existen, que por supuesto no se reducen al método de definición de los descensos.
El tema de fondo es la negociación que comenzó hace meses, mientras San Lorenzo y Huracán negociaban la sanción que les pesaba en contra por infringir el sistema de licencias. Entonces, el pacto fue callar o ser indulgentes ante la suavidad de una sanción que debió ser dura, a cambio de un cambio en el sistema de descensos.
Los dirigentes de los clubes “chicos” -o medianos, para no herir susceptibilidades- sintieron que el acuerdo no había sido cumplido y boicotearon la reunión de comité a menos de 10 días del comienzo del torneo.
El grupo rebelde considera que al no estar aprobado el reglamento del torneo, el campeonato no debería comenzar y ganan tiempo para negociar sus pretensiones. Sin embargo, el resto de los clubes considera que la guerra está declarada: no están dispuestos a aplazar el inicio y harán valer el estatuto que indica que de no haber reformas en el sistema, se jugará con el mismo esquema que el último certamen.